De los lugares míticos que pueden abstraernos de la realidad al abrir las puertas hacia el gran misterio de lo sagrado femenino, la Isla de Avalon seduce y fascina como el aroma del caldero sagrado de Cerridwen. Ligada a viejas historias celtas de la antigua religión adoradora de la Diosa tanto como a la saga arturiana, Avalon es símbolo actual de un reino que se niega a morir, el de la magia y la imaginación humana.
Los celtas la llamaban Ynisvitrin, o Inis Gutrin, Isla de Cristal. También es la Isla Radiante y la Entrada a Annwm, el Otro Mundo. Se dice que Avalon viene de la vieja palabra bretona aval, manzana, y es por lo tanto la Isla de las Manzanas. Y aunque todavía hay estudiosos que no concuerdan con la teoría dominante, el pueblo británico da por hecho que la Isla de Avalon se encuentra, geográficamente, en Glastonbury Tor.
El primer escritor en mencionar Avalon fue Geoffrey de Monmouth en 1139. En su Historia Regum Brittaniae la menciona dos veces en referencia a la vida del rey Arturo, llamándola Insula Avalonis, Después en su Vita Merlín se refiere a ella como Isla Pomor. Este autor fue el primero en popularizar la historia de Arturo, sucedida unos 600 años antes, y adujo siempre basarse en escritos y conocimientos que sería imposible encontrar hoy. Y aunque historiadores modernos lo han acusado de haber escrito con «.... un amor no ordinario por la mentira» se percibe claramente la mitología celta detrás de sus historias. Esto me vuelve hacia el inicio: la Diosa, Cerridwen.
Esta historia puede muy bien iniciar con Ella, la Diosa Blanca de la Vida en la Muerte y la Muerte en la Vida, Y con Taliesin, el hijo, el bardo, el poeta, el Merlín. Y con La Dama del Lago y Morgana...... y entramos al reino de las hadas.
Cerridwen es el nombre galés de la Diosa Triple y a la cual Avalon está dedicada. Según el Romance de Taliesin, (contenido en El Libro Rojo de Hergest junto con una colección de romances que los antiguos bardos cantaban acompañados por su arpa, escrita en el siglo XIII), esta diosa tiene dos hijos que representan los aspectos luminoso y oscuro que emergen de la Única: su hija Crearwy, es la más hermosa y blanca del mundo y su hijo Afagddu, oscuro y tremendamente feo. Cerridwen, dueña del Caldero del Otromundo - donde se cocinan la inspiración y el conocimiento sagrado-, decide preparar una poción que dará a Afagddu el don de la suprema inteligencia y la visión, para consolarlo de su extrema fealdad. Para ello debe añadir las hierbas mágicas apropiadas, recogidas en las horas planetarias debidas y hervir esta poción a fuego lento durante un iniciático año y un día. Para ayudarla escoge al pequeño Gwion, quien durante todo ese tiempo remueve el caldero bajo la advertencia de no tocar el líquido ardiente. Al cumplirse el plazo tres gotas candentes caen sobre su dedo, y por el ardor se las lleva a la boca. Gwion de inmediato conoce la naturaleza y el significado de todas las cosas del pasado, presente y futuro, y así se da cuenta de que tiene que huir de la furia de Cerridwen.
Ella lo persigue a través de un ciclo de formas cambiantes, que corresponden tanto a animales totémicos como a la rueda del año: él es liebre, ella perro de caza; él pez, ella nutria; él pájaro, ella halcón, él grano de trigo, ella una gallina negra que finalmente se lo traga. Cuando Cerridwen vuelve a su forma original está embarazada y nueve meses después lo da a luz. Como a tantos otros niños mitológicos, lo mete en un saco de cuero y lo deja en el mar, donde lo encuentra el príncipe Elphin, quien le da el nombre de Taliesin, «muy valioso» «el radiante», quien se convierte en el bardo más grande de todos los tiempos.
Somos los que hacen la música
Y los que sueñan los sueños,
Vagando por solitarios acantilados,
Sentados junto a desolados arroyos;
Perdedores del mundo y del mundo desertores
Sobre quienes brilla la pálida luna;
Aún así parece que siempre seremos
los motores, los agitadores del mundo.
A. O’Shaughnessy (1844-81)
Un bardo es "el que sabe". La historia vive en su memoria. Lo que fue, lo que ha sido, se resuelve siempre en el presente en que se canta y atisba, pre-ve el futuro. Si el tiempo es espiral, como Caer Sidi el castillo de la muerte que lleva a la vida -y es de cristal-, el pasado tiene en si el futuro y un bardo, un poeta, si lo es, vierte las palabras sagradas con que la Diosa lo nutre. Es entonces que nuestro Taliesin, porque nuestro es todo lo humano, se convierte en la palabra detrás de lo que es, que sucede, que manda y construye. Y así como desenmascara la falsa poesía con su verdad y su magia en la corte de Elphin, se llega a convertir – a pesar de los siglos- en el mentor del legendario Arturo, que representa la luz del sol que continúa pese a los cambios que puedan ocurrir en esta tierra.
En Caer Sidi está el caldero de Cerridwen, donde la inspiración y la sabiduría yacen. En Caer Sidi los seres que mueren recorren su cristalino espiral para llegar a la salida guiados por Ariadna y continuar la vida. El caldero se alimenta de esa sabiduría adquirida por los que han sido y nutre a los que serán. En Caer Sidi es claro que la muerte es trasmutación. Y transmutación es magia.
http://www.sabiduria.es/index.php?option=com_content&task=view&id=262&am p;Itemid=44
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