Corría el año 110 de nuestra época, el Mediodía Francés era un mosaico ininterrumpido de señoríos y latifundios de todos los tamaños y nombres, que combatían entre ellos o se unían bajo casamientos y cambios de propiedad continuos. En los castillos se desarrollaba una gran vida social, el término cortés se acuñó para designar aquello que era propio de una reunión selecta o "Corte", se inauguró, por tanto, un nuevo estilo de vida y de cultura.
La poesía que fue cultivada en aquella época la desarrollaron los llamados trovadores, que escribieron entre los siglos XI al XIII en lengua románica, que se conoce también con el término de provenzal, aunque su uso se extendió a otras regiones del Mediodía Francés. La mayoría de los trovadores fueron hijos de caballeros y de burgueses, también de ricos varones y hasta príncipes de elevada alcurnia. El arte de trovar, pues, se consideraba una de las invenciones más perfectas de la época, su práctica exigía discreción y cuidado, incluso se exigían unas reglas, a veces demasiado refinadas, que la hacían inasequible al común de la sociedad. El Trovador tenía nombre propio, y su arte era personal e independiente, libre; porque era él el que encontraba nuevas fórmulas poéticas para enriquecer su propia lírica. El trovador no es un juglar, el trovador es un aristócrata, y el poema trovadoresco es también una canción para ser acompañada con violín y con arpa, aunque, por desgracia, la música de muchas de estas canciones no han llegado a nuestros días.
Guillermo de Aquitania, IX Dux de Aquitania (1071-1127), es el primer trovador cuya obra nos ha llegado, al mismo tiempo fue un gran personaje que heredó de su padre, Guillermo VII, territorios que ocupaban más del doble de los dominios del Rey, y lo convirtieron en el principal potentado de Francia. Marchó con sus ejércitos a Jerusalén, adquirió nuevos territorios y firmó alianzas con Alfonso I "El Batallador" de Aragón hasta que, producto de tantas batallas y acciones feudales, así como de su vida llena de amoríos (se cuenta que llegó a fundar en los últimos días de su vida una abadía en Niort donde llegó a reunir a todas sus amantes), burlas, enfrentamientos con la iglesia y de un carácter impío y burlón, ve como van reduciéndose sus primitivos dominios y fallece un 10 de febrero del año del Señor de 1127.
En sus poemas, sin moderar palabras y utilizando un lenguaje plástico y a la vez brutal, le canta al amor, a la vida, a sus guerreros y vasallos en las noches de inacabables campañas. También crea, de forma inesperada y por vez primera en las letras occidentales, el Amor Cortes, en que la dama, elevada y inaccesible, hace del caballero su vasallo, ordenándole proezas a voluntad antes de concederle la más mínima prueba de su amor, progresivamente el sentimiento amoroso va dejando paso, con mayor emotividad, a melancólicas reflexiones sobre la proximidad de la muerte. El poeta, antes de partir a su última guerra, se despide de la vida y de sus placeres y, probablemente excomulgado en la época que escribe, se reconcilia con Dios pidiéndole el gozo del Cielo.
http://www.terra.es/personal/jtc78847/hazim.htm
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